Hoy miércoles de finales de octubre he jugado mi penúltimo partido de la temporada. Un duro enfrentamiento que lamentablemente ha acabado en empate, resultado que complica nuestra permanencia.
Con otros noventa minutos a mi espalda me situó como el cuarto jugador con más minutos de la plantilla, algo bastante destacable teniendo en cuenta que es mi primer año y empecé de suplente.
El partido se ha parecido mucho al de mi querido Atleti. Un equipo con mucha intensidad que se ha topado con otro con algo menos de ritmo. Un sin fin de ocasiones de gol que el destino no ha querido traducir en goles. Y sinceramente, una parte de mi se alegra.
Siempre he defendido que al fútbol se juega para ganar, y que eso de jugar bonito es una mentira. Pero para ganar hay algo innegociable, y es la intensidad. Un equipo que juega sin pasión no merece ganar, y eso nos ha pasado a nosotros y horas después al Atleti.
Miércoles 25 de octubre de 2023
Tallin, Estonia
Recuerdo #804
