El no hacer nada en primavera vale la pena,
escapar de las obligaciones y esconderse del sol,
aprovechar la paz del día, pero qué sé yo.
Un invierno duro, de nieves y heladas,
noches oscuras y caras largas,
las flores regresan, la pereza enamorada.
Las calles se vuelven coloridas, alejadas del blanco,
los jóvenes seducidos, yo incluido,
la primavera llega, aunque algo más tarde.
Hoy, no he hecho nada, dormitar bajo el sol,
una siesta merecida, recuerdos por escribir,
un viernes en blanco de mi vivir precoz.
Viernes 26 de abril de 2024
Tallin, Estonia
Recuerdo #988
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