Creo que hay pocos lugares en Madrid como el Paseo de la Castellana. La amplitud de la avenida y la baja altitud de la mayoría de edificios hace que los rayos incidan en cada recoveco del paisaje urbano.
Me gusta especialmente la esquina con Joaquín Costa, se forma una sombra entre el puente y el edificio de Clifford que compite con los reflejos de la Torre Azca y la de Oiza. Aún siendo ese mi ángulo preferido, cabe señalar que hace poco construyeron un edifico esquina Carbonero y Sol del que no se nada. Lo hizo OHL, y el resto me es ajeno. En esa esquina, si se tiene suerte uno puede verse rodeado de varios pilares brillantes, Torre Azca, Edificio Cosentino, Clifford Chance y este edificio misterioso. Todo ello, con la gran sombra de Joaquín Costa al fondo.
Desde este punto tan especial, la luz cambia de una forma significativa en función del mes, en noviembre, los rayos son menos perpendiculares y pueden verse reflejados en el asfalto por la parada de autobús.
La luz de noviembre, permite observar detalles que en verano son ajenos al esmero observador. Hay que aprovechar que el frío no nos da opción a la libertad veraniega, y usar todo ese tiempo para observar lo que nos rodea, en especial el Paseo de la Castellana.
Lunes 29 de noviembre de 2021
Madrid
Recuerdos con contexto 108
