Jugar en EJL Hall tiene la ventaja de protegerse del viento que acecha los campos de fútbol de Estonia. Por mucho que me cueste admitirlo, jugar cubierto tiene cierto encanto, pero no tiene nada que ver con jugar a merced del tiempo estonio.
EJL Hall, que hace las mismas veces de estadio cubierto que de frigorífico, siempre sorprende con varios grados de diferencia respecto al exterior. El metal de la bóveda protege y enfría el interior, y lo que debería ser sudor se convierte en escarcha.
He jugado en EJL Hall bastantes veces, pero pocas como al de hoy. Un duro partido en el que he podido sentir el césped helar con cada pisada. Un encuentro que de no haber sido por ser una cómoda victoria, sin duda sería de los más desagradables de mi andadura en el fútbol estonio.
Martes 19 de marzo de 2024
Tallin, Estonia
Recuerdo #950
