Cuando uno comienza sus andaduras de vida independiente se da cuenta rápidamente de los lujos del hogar familiar. Vivir en un hogar bien amueblado y agradable a la vista es un privilegio que se da por sentado, cuando la realidad es que merece la pena celebrarlo cada día.
Desde que tengo uso de razón he crecido viendo a mis padres invertir en el hogar. Decorar va más allá de tener una alfombra bonita y cuadros resultones. Decorar que tiene su raíz en el latín es un acto de honra respecto al lugar en cuestión. Y creo que no hay mayor acto de amor propio que honrar el hogar. Razón por la que nos hemos permitido el lujo de invertir en una lámpara que nos permita olvidarnos de las luces directas.
El hogar, o al menos el que queremos construir, se debe basar en la comodidad y calidez. En la medida de lo posible hay que tratar de respetar el salir y poner del sol, y dejar de lado toda luz blanca de pantallas y focos de techo.
Mer y yo coincidimos en muchas facetas de la vida, y me enorgullece pensar que al igual que vi a mis padres organizar el hogar familiar, yo sigo los pasos para, con paciencia, esfuerzo y alguna visita a Ikea, poder decir orgulloso que hemos decorado el lugar en el que más tiempo disfrutamos.
Lunes 18 de marzo de 2024
Tallin, Estonia
Recuerdo #949
