Las lesiones, la mala planificación deportiva o la falta de plantilla no son motivos suficientes para evitar noches memorables. El Atleti sigue a pesar de todo, y con él un Diego Pablo que parece no cansarse de demostrar una y otra vez porque es una de las mayores leyendas del Club Atlético de Madrid.
No voy a dedicar estas líneas a repetir lo que tantas veces he dicho. No quiero mancillar la heroica gesta de los jugadores y la grada. El Atleti y su gente hoy han ganado un partido que en la distancia ha significado mucho menos de lo que habría sido en el estadio junto a mi hermano. Y sin embargo, no puedo evitar dejar escrito que este partido es de los que contaré a mis hijos.
En Tallin, con una hora de diferencia, resulta algo más complejo ver los partidos. Las segundas partes transcurren a altas horas de la noche. Una realidad nada agradable para los madrugadores. Si a lo anterior se suma mi agotador inicio de semana, el que escribe esto puede hacer las paces con el haberse dormido en el minuto setenta. Aunque suerte la mía he podido verlo en diferido a las tres y media de la mañana.
El Atleti sigue a pesar de todo. Y con él yo sigo soñando en la distancia volver a Neptuno.
Miércoles 13 de marzo de 2024
Tallin, Estonia
Recuerdo #944
Las lesiones, la mala planificación deportiva o la falta de plantilla no son motivos suficientes para evitar noches memorables. El Atleti sigue a pesar de todo, y con él un Diego Pablo que parece no cansarse de demostrar una y otra vez porque es una de las mayores leyendas del Club Atlético de Madrid.
No voy a dedicar estas líneas a repetir lo que tantas veces he dicho. No quiero mancillar la heroica gesta de los jugadores y la grada. El Atleti y su gente hoy han ganado un partido que en la distancia ha significado mucho menos de lo que habría sido en el estadio junto a mi hermano. Y sin embargo, no puedo evitar dejar escrito que este partido es de los que contaré a mis hijos.
En Tallin, con una hora de diferencia, resulta algo más complejo ver los partidos. Las segundas partes transcurren a altas horas de la noche. Una realidad nada agradable para los madrugadores. Si a lo anterior se suma mi agotador inicio de semana, el que escribe esto puede hacer las paces con el haberse dormido en el minuto setenta. Aunque suerte la mía he podido verlo en diferido a las tres y media de la mañana.
El Atleti sigue a pesar de todo. Y con él yo sigo soñando en la distancia volver a Neptuno.
Miércoles 13 de marzo de 2024
Tallin, Estonia
Recuerdo #944