Hoy podría hablar de varios temas radicalmente opuestos. Probablemente no acabe satisfecho con este recuerdo, pero he de mantener el formato breve, al menos por el momento.
En el recuerdo de ayer no expliqué el porqué de mi visita. Gracias a mi trabajo he tenido la posibilidad de asistir a una conferencia sobre MICA, y aunque suene a broma, ha sido fascinante y muy entretenida. Pues bien, pudiendo hablar del contenido de la conferencia, o de las maravillosas conversaciones que he mantenido, hoy me toca hablar de lo que más me ha llamado la atención de este micro estado.
Liechenstein es un estado relativamente joven, cerca de trescientos años y con una historia fascinante. En apenas ciento sesenta kilómetros cuadrados residen menos de cincuenta mil habitantes. Es el único país del mundo con más trabajadores que ciudadanos nacionales, con desplazamientos diarios desde Suiza, Austria e Italia. Y aún con todo ello resulta ser uno de los países con mayor renta per capita del mundo.
Liechtenstein sorprendentemente tiene una buena industria manufacturera, aunque lo más destacable es que el sector financiero aporta el veinticinco por ciento del producto interior bruto.
Pero más allá de datos económicos y sociales, hay algo que me parece aún más curioso, y es su orografía. Liechenstein pertenece a los llamados “landlocked countries”, es decir, aquellos sin acceso al mar, pero eso no es todo, y es que el pequeño principado es uno de los únicos dos países que se consideran “double landlocked”. Es decir, que está rodeado por países sin acceso al mar.
Se me acaba el espacio, y debo poner fin al recuerdo sobre un país que me ha fascinado. Un pequeño escondite en una Europa cada vez más global. Un pequeño resquicio de un proteccionismo diplomático que de aplicarse en España me plantearme volver.
Jueves 12 de octubre de 2023
Vaduz, Liechtenstein
Recuerdo #791
