Mer y yo pasamos mucho tiempo juntos, prácticamente la totalidad de nuestros días. Son tantas las conversaciones que hemos tenido que con total certeza tardaría menos en enumerar las que nos quedan por tener. Y entre tanto hablar una vuelvo a rescatar una de las más importantes para mí, ¿y si nos vamos de Tallin?
Tallin es una ciudad donde quiero pasar varios años de mi vida, al igual que Mer. Y sin embargo en días como hoy, sentados en una terraza en un soleado domingo de octubre en Copenhague ambos nos preguntamos si nos iremos de Tallin a otro país.
Mer, isleña que ha nacido para ver mundo, tiene muy claro que la vida es muy larga y que mientras no haya prole a la que cuidar, lo mejor que se puede hacer es emigrar. Y yo, inmigrante en su país, no puedo más que decirle que tiene razón.
Después de estos días he de reconocer que cuando nos toqué irnos de Tallin (si es que eso ocurre), Copenhague estará en nuestras primeras opciones. Y como le decía a Mer, a mis veinticinco y a sus veintidós, poder decidir donde vivir es un privilegio que merece ser celebrado.
En una calle danesa hemos alternado cafés, comida y risas, y una vez más hemos soñado con lo que queremos hacer con nuestras vidas, las individuales y la común, y permitidme que os diga, qué bonito es vivir.
Domingo 8 de octubre de 2023
Copenhague, Dinamarca
Recuerdo #787
