Llevo desde el lunes con una idea en la cabeza, quiero volver a disfrutar leyendo novelas, y es que después de ver Rings of Power me planteo volver a intentar leer el Silmarillion.
Esa pequeña idea me hizo despertarme en Kärde con algo en la cabeza que me distraía. Sabia que el final de temporada se estrenaba ese mismo día, y la promesa de un final de serie apoteósico me hizo ser poco productivo en mis dos reuniones. Ni si quiera ser capaz de organizar mis siguientes dos semanas me hizo evitar pensar en lo que podría ocurrir en el desenlace de las aventuras de Galadriel, Elrond y compañía.
Llegué a casa a eso de las cinco y media, logré cerrar desde la oficina varios temas que me quitaban el sueño, y el recuerdo de un gran día en Kärde evitaba que fuera consciente de que un par de colegas turcos habían organizado un viaje a Helsinki.
Ahora escribo esto desde el barco que me lleva a la capital finlandesa. El cansancio me hace soñar con acostarme en uno de los sofás de la cubierta media, y el recuerdo de un gran capítulo me hace divagar al escribir un recuerdo algo desordenado.
Pienso en el día de ayer, y me atrevo a decir que se trata de uno de los días con más viajes de mi vida. Y es que una vuelta en coche a Tallin, la promesa de una escapada a Helsinki y el final de una aventura en el mundo de Tolkien, me hacen entender que un viaje improvisado es mucho más de lo que suelo pensar.
Espero que el recuerdo de ayer cobre algo más de sentido, supongo que en algún momento releeré estas líneas inconexas, y la esperanza de saber que puedo disfrutar en tantos lugares físicos e imaginarios me hará sonreír.
Viernes 14 de octubre de 2022
Tallin, Estonia
Recuerdo #427