Casilda iba conmigo en la ruta número cinco, luego dejamos de lado el transporte escolar y compartimos línea 14. En todos esos trayectos hemos vivido bastantes anécdotas en las que casi siempre uno de los dos quería empujar al otro en la siguiente parada.
Creo que por eso me divierte tanto haber redescubierto a quien me daba patadas en clase de Historia del Arte. Además de lo divertido que resulta estar con ella, me he dado cuenta a raíz de nuestra joven y madura amistad, que tiene una visión muy distinta a mi arte del ligoteo. Ella es mucho más fluida y menos rígida que yo, y precisamente por eso es tan satisfactorio escuchar sus opiniones sobre mi vida amorosa, y el café de hoy no iba a ser para menos.
Entre caricias a Mamba, su querida perra, y mis tres o cuatro cafés para paliar mi primer día de ayuno, hemos conversado sobre los malentendidos que parece ser que nublan nuestras vidas amorosas.
Si no he entendido mal, Casilda pretende que sea algo más fluido con todo, pero lo que no se da cuenta es que precisamente por eso, he tenido que solucionar con otro café (el séptimo del día) uno de mis problemas amorosos.
De todo esto, lo único que tengo claro es que Casilda opina, y lo hace mucho, parece que últimamente acierta, pero yo creo que es por los muchos consejos que me da, pura probabilidad.
Lunes 14 de febrero de 2022
Madrid
Recuerdos con contexto 185
