Acelera sin dejar huella
el joven galgo y su bandera
a lo lejos aún gobierna
la noche oscura y sus hienas.
Pelean entre piedras
la pared y la enredadera
al sol aún le queda
la oscuridad y la verbena.
Aún se escucha en la distancia
el gentío y la fiesta
noches de largos enredos
entre el truco y la chistera.
Entre sombras se despiden
el joven y el destino
sabor de amarga nostalgia
que acompaña el camino
He dado muchas vueltas a esta última poesía, ya van doscientos poemas y aún no sé de lírica. Me planteo si es lo mío, las rimas sin salida ya van miles de versos y aún no se improvisan. Son historias
Cuando era más joven, por no decir pequeño un músico maño, me enseñó el fuego, me dijo, “oye Lazarillo, tú tan cafetero, prueba esto, dame dos de limón, camarero” Probé aquella pócima, como si fuera v
En el libro anterior, sentía vértigo, me daba pavor llegar al final, no quería poner puntos sin más. Ahora que escribo, con algo más de estilo, que al menos entiendo las rimas que digo, me parece curi
