Las calles dejan sus verdes mantos,
donde había flores florecen témpanos
las esquinas desnudas sin terrazas
y en este recuerdo la poesía me abraza.
El calor de primavera se ha desvanecido
las golondrinas confundidas protegen sus nidos
y en un martes de nieve y hielo
a la poesía me confío.
Hace meses dejé de lado los versos,
aupado por la prosa, que a veces es más hermosa,
y avergonzado de mis versos me escondí
entre largos textos sin métrica, sin tiempo.
Que hoy haya nevado es una buena excusa,
al igual que las golondrinas en las tejas,
me hago fuerte con una nevada tardía
no sé si aguantará el nido, ni me prosa.
Estoy cansado de la nieve y de los textos,
los recuerdos se acumulan como el hielo,
y en una tarde de abril nevada
me miran las golondrinas envidiosas.
Vuelvo a escribir en verso,
que es distinto a escribir poesía,
al igual que la nieve, lo hago de imprevisto,
y espero el deshielo entre calientes versos.
Martes 23 de abril de 2024
Tallin, Estonia
Recuerdo #985
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