Carlos Pinedo Texidor
773 - Una amarilla.
Como decía hace una semana, mi querido equipo sufre una plaga de lesiones que ha diezmado nuestros jugadores disponibles. Este fenómeno del que ni si quiera el Atleti se salva, ha derivado en una falta de motivación generalizada que hace que el que escriba esto tenga que jugar un partido con el tobillo tieso y la rodilla colgando.
A a eso de las seis comenzaba un partido condenado a ser sufrido. Con tres jugadores en el banquillo, de los cuales dos lesionados (incluyéndome) llegamos con un tres a dos a favor al descanso. Momento en el que tuve que saltar al campo debido a otra lesión de un compañero. Aguantamos como pudimos, tonteamos varias veces con los palos y en un contraataque que debió ser invalidado por fuera de juego marcaron el tres a tres.
Los últimos veinte minutos fueron una dura batalla que se saldó con un total de ocho amarillas, entre las que se encuentra mi primera amarilla de la temporada (muy merecida por devolver varios codazos). Y una vez más, por haber perdido la cabeza como equipo, llegó el gol de la derrota en el minuto ochenta y cuatro.
No miento si digo que es uno de los partidos que mejor hemos jugado y que más rabia he sentido al perder, más aún si se tiene en cuenta que he jugado cojeando. Pero bueno, la derrota de hoy, por mucho que la describa en este recuerdo, poco tiene que hacer frente a la grandísima victoria del Atleti en un derbi donde además de jugar al fútbol se ha desmotado que siga habiendo una buena grada.
Domingo 24 de septiembre de 2023
Tallin, Estonia
Recuerdo #773
