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  • Foto del escritorCarlos Pinedo Texidor

739 - Llega el otoño.

El verano en Tallin me hace muy feliz. Me ayuda a entender que la estaciones son necesarias, y que los contrastes de cada una son lo que me hace seguir hacia delante. Las comparaciones son odiosas, más aún en temas tan intrascendentes como el clima. Sin. embargo me voy a permitir (una vez más) el lujo de hablar de las tres ciudades que conozco en cada estación: Palma, Madrid y Tallin.


Tallin es muy diferente a la capital española y a la principal urbe balear. El Báltico matiza cada estación, algo que no he visto en ninguno de los casi treinta países que he visitado. El invierno, caracterizado por oscuridad y nevadas, baila con las brisas marinas. La primavera sustituye la oscuridad por nuevos amaneceres y cada atardeceres cada vez más tardíos junto a la frescura de las brisas, algo que el verano recupera, pero esta vez con algunos días de lluvia y días eternos. Y el otoño, mi querido otoño, se convierte en la estación más única de todas, siendo un último suspiro de un mar que se enfría y unos días que se acortan.


La brisa báltica logra que las temperaturas desciendan o se suavicen, un contraste cuanto menos paradójico porque no obedece a ninguna estación. El Báltico sigue sus propias reglas, y en cada estación decide sorprender a los que viven en sus orillas con detalles únicos que ni el Mediterráneo ni la meseta peninsular son capaces de igualar.


Como decía, las comparaciones son odiosas, pero Madrid, la ciudad primaveral más bonita del mundo, sucumbe rápidamente a un verano seco que obliga a huir, mientras que Palma, con su característica humedad no termina de diferenciar las estaciones más allá de puntuales vendavales, anaranjada calima o atardeceres eternos.


Hoy parece que el otoño llega a Tallin, el mercurio marca los quince grados, y la lluvia vuelve a colorear el verde de la ciudad. Esto ocurre mientras Madrid roza los cuarenta y en Palma la humedad matiza los casi treinta y cinco grados. Supongo que mi amor por las estaciones diferenciadas radica en la necesidad de sobrevivir en un país que ahora llamo hogar. Y aunque viva en un engaño semi complaciente, no puedo más que celebrar que el otoño parece haber llegado antes de lo previsto.


Lunes 21 agosto de 2023

Tallin, Estonia

Recuerdo #739


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