738 - A ratos juega el Atleti.

El Atleti ha vuelto, y lo ha hecho de la manera que a mí me gusta. Los jugadores por fin han entendido lo que significa llevar la rojiblanca y salen al campo con la misma ilusión que el hincha de la grada, o al menos eso parece.

Los que visten la rojiblanca a menudo se olvidan de que, además de ser jugadores de un club por el que reciben un generoso salario, son los representantes de un sentimiento. Tal vez, por mi exacerbado entusiasmo e idealismo por un fútbol que ya no existe, exijo demasiado a unos tíos que más veces de las que me gustaría no demuestran ser más que meros mercenarios.

Hoy con la vuelta de la liga, la ilusión de los jugadores y de la grada vuelve a estar presente. Una temporada nueva, en la que tratar de enmendar los errores de la pasado, una temporada en la que tratar de cumplir con todos los sueños de aquellos niños que querían levantar un trofeo.

El Atleti parece haber renacido bajo los brazos de una nueva variante cholista que quiere jugar y enamorar. El cholotaka parece ser una realidad, y a falta de un buen nueve y un cinco que pueda jugar cuando Koke se lesione o cuando De Paul siga con resaca el equipo parece afrontar con optimismo una temporada que me vuelve a tocar ver desde la grada.

Escribo estas líneas y me acuerdo con cariño de la denominada liga pandémica. Una gesta sin precedentes en la historia colchonera que se logró con dos milagros contra el Osasuna y el Valladolid. Y al igual que aquella temporada, este equipo vuelve a jugar a ratos, alternando caos e imprecisión con destellos de un fútbol que nos puede dar muchas alegrías.

Domingo 20 agosto de 2023

Tallin, Estonia

Recuerdo #738