Mañana veré Openmheimer, o tal vez ya la haya visto y puede que este recuerdo ya esté escrito. Puede que mi cansancio de hoy, consecuencia de los vinos de más de ayer, sea una advertencia a lo temporal, y puede que este recuerdo esté escrito en el pasado y que mis párrafos vivan en el futuro.
Ayer bebí de más, y no escribo esto en un contexto de lamento, sino de alegría. La resaca, que puede ser de cuerpo o de espíritu, es un mal necesario de los rituales alcohólicos a los que nos sometemos como sociedad. Siempre y cuando dichos rituales no sean un fin en sí mismo, y sean la voluntad colectiva de abrazar lo etílico y alejarse de la sobria razón que coarta las conversaciones y restringe los sentimientos.
Como en toda semana previa a unas vacaciones el joven adulto tiene que trabajar de más para no dejar un marrón tras de sí. El responsable trabajador debe, en la medida de lo posible, dejar todoo preparado para que, llegado el caso, algún compañero de equipo pueda asumir lo inacabado. Y en un equipo de más de diez, con responsabilidades distintas y pasiones opuestas, es una tarea que consume más tiempo del que parece.
Puede que por mi deseo de dejar todo ordenado para agilizar la vida a mis compañeros haya llegado a casa tan cansado. Puede que la lluvia consuma mi energía, o puede que sea la resaca o las palomitas de mañana.
Jueves 27 de julio de 2023
Tallin, Estonia
Recuerdo #714
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