Carlos Pinedo Texidor
683 - Barbocoa al salir del curro.
Tengo mucha suerte, y lo digo con total sinceridad. Creo que la carambola por la que fui a parar a mi actual curro es algo de lo que me acordaré toda la vida, y aunque me genere cierto rechazo admitir esto, estoy muy orgulloso de encontrar un segundo trabajo en Estonia cuando parecía que me tocaba hacer las maletas.
No quiere hablar de mi primer curro en Tallin, no vine a cuenta sacar trapos sucios o soluciones que podrían haber evitado que catorce empleados tuviéramos que dejar la compañía en noviembre. Sin embargo, lo que si que quiero dejar aquí escrito es que ser parte de unos recortes ha sido lo mejor que me ha pasado en mi vida.
Vivo en una nube, no termino de entender cómo puedo hacer lo que hago a mis veinticinco, y además, cómo puedo tener un equipo que me recuerda a los once guerreros que asaltaron el Camp Nou el día del cabezazo de Godín. Tengo mucho suerte, y por mucho que haya que buscarla, la realidad es que hay muchos aspectos de mi vida que me han acadio del cielo.
Hoy después del curro, aprovechando que mis dos colegas de Malta están en Tallin, hemos ido los hombres del equipo a casa del inglés que tuvo la genial idea de ofrecerme un trabajo. Y una vez más, en una terraza de Tallin, dos españoles, un inglés, un maltés, un sudafricano y un bengalí han disfrutado de la diversidad de experiencias laborales y vitales.
Lunes 26 de junio de 2023
Tallin, Estonia
Recuerdo #683
