Londres es una ciudad que me queda grande. Una metrópoli caótica y sucia en la que muchas almas encuentran su hogar. Podría decirse de Londres, ciudad de mil vidas y otras tantas historias, que la modernidad la ha condenado. Y donde antes había orden y estímulos ahora hay caos y excesos.
Puede que en otro momento de mi vida Londres pudiera haber sido un lugar ideal. Una ciudad que invita a lo externo, donde todo lo que se vive esta influenciado por la masa.
No me gusta Londres, al menos como lugar para vivir. Creo que nunca podría disfrutar de mi paz interior en esta urbe distópica que considero más caótica que Tokio pero menos que Nueva York.
Tal vez, de todas las ciudades que he visitado, encuentre en Londres mi mayor incomodad. Y según he salido de Paddington he sentido una vez más como mi individualidad desaparecía, y formaba parte de un caótico todo.
Londres es considerada por muchos ciudad de artistas y almas libres, pero a mi parecer si todo el mundo es artista y alma libre, los londinenses no son más que copias diversas del mismo patrón.
Supongo que esta breve crítica a Londres se fundamenta en mi ignorancia. Nunca he vivido en Londres, y espero no hacerlo, porque después de conocer Madrid y Tallin, tengo muy claro que con el ruido londinense me perdería. Ante el caos de Londres me quedo con los estímulos de Madrid y la paz de Tallin.
Miércoles 7 de junio de 2023
Londres, Reino Unido
Recuerdo #664
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