611 - Los detalles de lo cotidiano.

Tallin es una ciudad que invita a lo cotidiano. A la rutina simple y los paseos tranquilos. Es una capital que poco tiene que ver con lo que se vive en el sur de Europa. Gentes tranquilas que no se quejan si tienen que esperar por el café. Un lugar entre murallas donde uno no tiene que huir cada fin de semana. En definitiva, un rincón del Báltico donde todo madrileño sería feliz.

Sobre Madrid he escrito mucho. Una ciudad que como bien dicen roza el cielo, pero que precisamente por esto, cualquiera que ahí habite corre el mismo peligro que Ícaro, acercarse demasiado al sol. Supongo que resulta fácil hablar ahora en la distancia, pero si uno vuelve a leer mis recuerdos de abril del veintidós, se puede intuir ese germen que comenzó con un tímido, Madrid no es ciudad para jóvenes.

Dejando de lado la reflexión que roza la queja, me gustaría una vez más, incidir en la importancia de vivir en una ciudad donde el fin de semana puede ser disfrutado. Una ciudad tranquila que invita a quedarse, con todo las necesidades de una metrópoli pero con todas las ventajas de un pequeño pueblo costero.

Intuyo que el que lea este recuerdo no termine de entender qué pinta todo esto en una memoria fe sábado. Y no hace mal, porque quien escribe esto tiene el mismo pensamiento. Pero una vez más, después de un sabado tranquilo, de esos de café, terraza y paseo no puedo más que reincidir en la belleza de lo cotidiano.

Los detalles del día a día, la posibilidad de hacer tuyo un día de fin de semana y no vivir con la culpa por no hacer algo especial. Madrid te invita a hacer extraordinario un día corriente de abril, hasta tal punto que la culpa te abraza si no se logra hacer algo destacable.

Tallin por el contrario, te abraza con la simplicidad del día a día. Una ciudad que te sonríe cuando vas a por un café y un par de libros para disfrutar de la tarde. Una capital europea que aún soñando con ser meca tecnológica es incapaz de renunciar a sus principios, la conciliación del éxito laboral con la calma de una vida monacal.

Sábado 15 de abril de 2023

Tallin, Estonia

Recuerdo #611