Mi querida banda derecha, qué estúpido he sido huyendo de ti. Qué necio he sido cambiándote por la delantera o el medio centro. Te he echado mucho de menos, y ahora que te he recuperado no pienso dejarte ir.
Quiero que este nuevo idilio dure eternamente. Quiero jugar cerca del lateral, cerca del banquillo. Oír a mi entrenador regañarme o a mis compañeros dándome indicaciones. Quiero disfrutar en las subidas y sufrir en las bajadas. Quiero que mi juego sea cerca del campo contrario, y tener el pulmón suficiente para recuperar el balón en nuestro área. Quiero muchas cosas, pero dime lateral mío, ¿las quieres tú?
Supongo que ahora, tras haber vuelto a los brazos de mi banda derecha, sentiré cierto repudio, y lo entiendo. Debe sentirse traicionada, debe pensar que a la mínima de cambio me volveré a olvidar de ella. Pero supongo, aunque mi querida banda no lo sepa, que por fin he aprendido la lección, hace mucho frío lejos del lateral.
Esa banda derecha de la que me enamoré, esa que vive por y para las carreras y los desahogos, la misma a la que ahora pido perdón, me ha vuelto a acoger, o eso parece. Porque después del entrenamiento de hoy, donde me he dejado la piel, he vuelto a sentirme querido por en una posición donde fui muy feliz.
Jueves 6 abril de 2023
Tallin, Estonia
Recuerdo #602
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