El póker se ha convertido en una de mis más intensas pasiones. Un juego de azar que tiene miles de matices de pillería y estrategia. Un ajedrez de cincuenta y dos cartas y basado en el engaño y en las apariencias.
Llevo desde enero estudiando póker, cientos de horas de vídeos y de libros donde he devorado todo sobre la escuela antigua y la nueva. Miles de pensamientos dedicados a Ivey, Negreanu, Branson, Hellmuth, Seidel, Chan o Esfandiari entre muchos otros.
El póker se ha convertido en una de mis mayores obsesiones. Picaresca y números, engaños y negociaciones, en definitiva, todo lo que me hizo enamorarme del Derecho. Y creo que después del día de hoy, comienzo a ser mejor jugador de póker que abogado.
Y hoy, con tan sólo tres en la mesa final, y después de cinco horas he recibido una clase magistral donde mi as y siete de corazones poco tuvieron que hacer.
Después del flop rey de corazón, rey de tréboles y dos de corazones mi rival hizo check. Haciéndome barajar la idea de un all-in debido a mi flush draw y kicker, pero algo me hizo esperar al turn. Mi rival no había apostado fuerte, y si tuviera el tercer rey lo habría hecho.
En el turn apareció un tres de diamantes y ambos hicimos check de nuevo. Parecía claro que no tenía el tercer rey. En el river apareció un siete de diamantes y finalmente decidí ir all-in, porque asumí que iba a ser un pareja de reyes seguido de kicker. Hasta que me hicieron el call. Resultó que mi rival tenía el tercer de rey mientras que yo solo tenía un par de ases y sietes.
Y así es queridos amigos, como por muy pillo h granuja que seas, siempre hay alguien más pillo y mas granuja.
Viernes 31 de marzo de 2023
Tallin, Estonia
Recuerdo #596