Es más que probable que la sobrecarga que pensaba que tenía sea en realidad una micro rotura del aductor, y como perro viejo curtido en mil batallas sé que no me queda otra que descansar unos diez días para poder volver al verde. Intuyo que este pequeño bache es fruto de mi sobre entrenamiento, más que nada porque no he sentido el pinchazo hasta hoy a medio día, y por experiencia sé que estás cosas suelen aparecer después de que la inflamación del partido desaparezca. Supongo, que este primer bache de los muchos que me esperan en mi vuelta al césped es un breve recordatorio de mi sabia vuelta a la abstinencia, sino fuera por ella, el domingo habría bebido y habrá retrasado la desaparición de la inflamación, por lo que habría entrenado hoy tocado.
Pero más allá de quejas deportivas, hoy me gustaría recalcar lo diferente que ha sido mi día. He atendido con mi amiga Maris a una conferencia sobre DAOs y sus implicaciones legales. Una jornada laboral llena de conferenciantes y puntos de vista muy interesantes. Es cierto que gran parte de los tecnicismos y debates me han resultado demasiado superficiales, pero supongo, viendo a Maris, que ha sido una primera toma de contacto muy buena para los benjamines de este mundo al que tanto cariño estoy cogiendo.
Me sigue fascinando la facilidad con la que han aceptado en la oficina mi idea de ir. No es algo necesariamente laboral, pero sí que puede tener ciertas utilidades y supongo que pasar un día fuera de la oficina alejado de los dolores diarios es siempre una bendición. Ha sido tal mi paz mental que por fin he aceptado que ya va siendo hora de cortarse el pelo. Me he podido olvidar de mis dolencias, de mis obligaciones laborales, y según he llegado a casa con una sonrisa frente al espejo le he pedido a ese señor tan guapo (que resultaba ser mi reflejo) que me quitara cuanto más pelo mejor.
Martes 28 de marzo de 2023
Tallin, Estonia
Recuerdo #593
