Me he despertado con una sensación de pesadez en el cuerpo, como si no hubiera descansado en toda la noche. He tardado varios minutos en espabilar, y el sol me ha recordado amablemente que debían de ser las doce y que aunque haya nieve en la calle la primavera acecha.
Es domingo, la cama me tienta, y la resaca de mi jaqueca me hace escribir a mi entrenador que hoy no voy a poder ir a entrenar. Primer entrenamiento que me pierdo en mes y medio, pero de haber ido creo que me habría arrastrado por el campo que tanto echo de menos.
Me siento algo culpable por haber cancelado el entrenamiento, pero sé que ha sido la mejor decisión para mi cuerpo. Puede que una ducha de agua fría y cafeína en vena me pudieran ayudar a dar la cara, pero viendo que he tardado más de quince minutos en escribir el mensaje creo haber hecho lo correcto.
Además de no haber ido a entrenar el día de hoy tiene dos eventos de gran importancia. Hoy me toca recoger mi nueva aspiradora y vuelve la F1. Una Samsung a la que he echado el ojo y que me va a ayudar a limpiar una casa con tantos recuerdos como polvo. Una suciedad imperceptible pero que poco a poco se acumula en esas alfombras tan bonitas con las que he decorado mi casa. Y una carrera que promete rozar la épica con un Alonso que ha destacado en los libres más divertidos desde que volví a ver F1.
Supongo que hacerse mayor es esto, ser incapaz de hacer deporte por una jaqueca y celebrar la compra de una aspiradora y la vuelta de Fernando Alonso a la competición. No sé si es lo que me imaginaba cuando hice las maletas rumbo a mi independencia, pero desde luego es algo que me ayuda a entender que la vida son pequeños momentos de cambio como este.
Domingo 5 de marzo de 2023
Tallin, Estonia
Recuerdo #570
