Carlos Pinedo Texidor
511 - Un café con un erizo.
Ahora a toro pasado puedo decir sin miedo que empezar este diario ha sido y será una de las decisiones más importantes de mi vida. He logrado perfeccionar una fórmula que debe ser muy parecida a esa retrospección de la que me hablaban los jesuitas cuando la Fe aún me acompañaba. Y siendo sinceros, como sigo empeñado en recuperar la Fe, intuyo que este diario es un gran primer paso.
Pero más allá de lo introspectivo, este diario me ha abierto los ojos en muchos aspectos. Por ejemplo, en Madrid, ciudad de relaciones sociales tradicionales, eso de quedar a tomar un café con una desconocida no se lleva. Como ya he dicho muchas veces aquí no hay cultura de citas, y yo, estúpido romántico que vive por y para las conversaciones, he sufrido ese querer ligar únicamente en la oscuridad de la noche.
El blog me ha permitido conocer a decenas de personas maravillosas. Colegas de ajedrez, colegas de fútbol, y por supuesto, mujeres que en algún momento han querido llevarme a por un café. Y es éste grupo el que más fascinado me tiene. Porque seamos sinceros, yo no escribo para conocer a nadie, pero si me lee gente interesante y más con melena rubia no voy a negarme.
Es francamente curioso como el blog me ha ayudado a vivir un Madrid amoroso muy distinto al que conocía. Y es que por primera vez en mi vida he descubierto que es eso de conocer a alguien antes de ligar.
Hoy he comido con una mujer que se hace pasar por un erizo. Una joven de veintipocos con muchos rizos y otras tantas risas. Un alma curiosa que me ha confesado que empezó a publicar sus escritos cuando vio mi cuenta por ahí. Y siendo del todo sincero, al aceptar el café no esperaba que varias horas más tarde tuviéramos conversaciones pendientes.
Jueves 5 de enero de 2023
Madrid, España
Recuerdo #511