506 - Propósitos y otros mitos.

Los mejores propósitos de año nuevo son los que no existen. Aquellos que no se formulan hasta bien entrado el año. Eso de creer que todo lo que uno se propone antes de las uvas se va a cumplir es como diría un profesor que tuve, de sinvergüenzas y estúpidos.

Los propósitos están sobrevalorados. Es hasta egoísta cargar tanta responsabilidad en el future-self como dirían los guiris. En castellano no hay un término que recoja tantos matices como el anterior, la traducción literal, futuro yo, no es igual de completa. Es cierto que tal vez podría usar un popurrí de reflexivos y futuros del subjuntivo y hablar de la responsabilidad del conociéreme, pero no sería igual. Y como me quedo sin espacio, permitidme usar el anglicismo.

Pues bien, el año pasado, cansado de propósitos y responsabilidades inasumibles por mi future-self, decidí dejar de proponer. Descubrí, que los verdaderos propósitos son aquellos que surgen como problemas o metas durante el devenir del año y uno puede afrontarlos. De nada sirve creer que en el año veintitrés voy a correr dos maratones si cuando llegue un imprevisto no tengo capacidad de asumir objetivo alguno. Por eso, y aunque de cierta manera esto suene caótico, creo que eso de proponerse es de estúpidos, y que la verdadera felicidad, pasa por ser capaz de afrontar lo que venga.

Ya van dos años que me tomo las uvas asumiendo que lo mejor que puedo hacer es sentarme y esperar, y con Calamaro de fondo, como casi siempre, hago cábalas en mi cabeza sobre lo que puede venir. Y espero que sea en formato de libros, deporte, romances y poco alcohol.

Sábado 31 de diciembre de 2022

Madrid, España

Recuerdo #506