Carlos Pinedo Texidor
493 - Y Messi salió campeón.
No tiene sentido que dedique una treintena de líneas a hablar de la gesta de los gauchos. Poco podría aportar a los rios de tinta que he leído esta mañana. No creo que sea capaz de explicar con mejores palabras lo que se vivió ayer en Qatar. Pero aun así, como enamorado de la cultura argentina, de las calles rosarinas, de los versos de Fontanarrosa y de Ángel Correa, no me queda otra que tratar de explicar lo que sentí ayer.
Esta vez voy a rehuir del recuerdo, y eso que podría hablar de un gran partido de padel que acabó conmigo sentado en una esquina sin hablar con mis colegas. Cada día soy más competitivo, y ese error en el quinto juego del tercer set con ventaja de resto me perseguirá toda la vida.
Pero tal vez ese partido de padel fuera un pequeño aperitivo a lo que viví en casa de mi colega Melih. Allí reunidos, un turco, un inglés, un español y una azerbaiyana, presenciamos lo que para mí es el culmen de la mayor gesta de la copa del mundo.
Ayer el fútbol quería ver a Messi campeón. Nadie como él se merece poner tal broche a una carrera futbolística que jamás volveremos a ver. Nadie más que los argentinos se merecían vivir la euforia del obelisco. Ayer fui muy feliz, como amante de lo argentino, del fútbol y enamorado de Ángel Correa.
Escribo estas líneas en la tarde del lunes. Pienso en la familia Nazer, en las argentinas con las que cené en Cura, en mi colega Lucho, en Diego Pablo Simeone, en Calamaro, y en especial, en mi amor por un país que me acogió desde Calafate hasta Buenos Aires pasando por Rosario.
Decía Fontanarrosa algo así como que el fútbol sirve para acordarse de fechas. Que su viejo murió en el 71, pero nunca se acordó del día, o del mes y que de ahi el guiarse por los Mundiales. Y yo, gracias al mundial de Messi, el mundial de los amantes del fútbol, siempre sabré que aquel domingo del año 22 fue el primer día de la última semana de mi primera etapa estonia.
Domingo 18 de diciembre de 2022
Tallin, Estonia
Recuerdo #493
