Carlos Pinedo Texidor
464 - Nieve que cuaja.
Hace varios días vi mi primera nevada en Tallin, pero tal vez sea la de hoy sábado, la primera que decide arropar por completo a los parques de Talliin. En términos castellanos diríamos que por fin ha cuajado la nieve. Sí, eso que tan difícil es en Madrid y que tanta ilusión nos hacía cuando aún éramos niños.
Está claro que ayuda que estemos a unos menos tres grados, y por supuesto la nula incidencia del sol. Pero más allá de factores climáticos, cabe añadir que Madrid es una ciudad pensada para los coches, y Talllin, por lo menos la parte que yo conozco, está llena de parques y zonas donde la nieve puede acumularse con facilidad.
En una inmensa demostración de fortuna, cuando allá por abril decidí empezar a mirar casas para alquilar, nunca pensé en lo importante que era tener un par de parques cerca. Y ahora, además de poder ir andando al trabajo, sé que puedo ir a pasear detrás de casa por el parque que linda con uno de los cementerios más bonitos que he visto.
Tal vez no haya tenido tanta suerte como creo con mi casa, y que lo que estoy haciendo es justificar el exceso de gasto en alquiler, pero aun siendo eso cierto, mi casa tiene una localización privilegiada. Por no hablar de tener una vecina que me trae manzanas de Rapla.
Ha sido con esa vecina con la que he salido a pasear hoy. Asidua protagonista de estos recuerdos Mari-Liis tiene algún que otro defecto, como el responsable de haber quedado a la una y media y que no estuviera lista hasta las dos y cuarenta.
Me ha llevado a paso ligero por las calles nevadas, y después de un buen rato y habiendo atravesado un cementerio, una antigua prisión y una docena de casas embrujadas, hemos ido a parar a un pequeño recoveco vegano que asegura haber visitado cientos de veces cuando aún vivía con sus padres.
Una vez sentados, con un más que merecido café caliente, la noche comenzaba a dejarse ver. Y lo que pocas horas antes era radiante nieve blanca, pasaba a ser un oscuro obstáculo que dificultaba volver a casa. Y todo ello, a las cuatro de la tarde.
Sábado 19 de noviembre de 2022
Tallin, Estonia
Recuerdo #464