Carlos Pinedo Texidor
454 - Crónica de un cansancio anunciado.
Es jueves, penúltimo día de la semana y por primera vez voy a probar algo distinto. Por añadir algo de contexto estos recuerdos empezaron como una suerte de diario con el que no perder las ideas y recuerdos de mi día a día. Con el paso del tiempo ha ido mutando en una serie de reflexiones diarias que poco tienen que envidiar a lo más famosos cuadernos de viaje (y no lo digo yo).
Pues bien, en ese devenir más o menos natural de estos recuerdos he acabado escribiendo fuera del día en cuestión en decenas de ocasiones. He vivido en primera persona la pereza y la vaguería, dejando recuerdos por escribir para el día siguiente. Y en esta ocasión, con tres recuerdos por escribir, quiero probar a escribirlos al revés.
No sé si tendrá sentido releer esto cuando publique el segundo libro de recuerdos, pero tal vez sea hasta cómico imitar a mi querido Santiago Nassar, y darme cuenta de que el martes y míercoles fueron una crónica de un recuerdo anunciado.
Por todo lo anterior, y por mis ganas de probar algo nuevo, creo que mi día de hoy jueves era muy predecible. Creo que desde que volví de Madrid he experimentado un cansancio típico de viajero, y la falta de luz tampoco debe ayudar. Sin embargo, nada me había preparado para mi vuelta a la oficina, y donde la calma reinaba ahora hay algo de tormenta, y es que todo sigue y nada espera al que se va de vaciones.
Ahora escribiré el recuerdo del miércoles y luego el del martes, y espero que cuando se lea este recuerdo uno puedo entender que ambos días eran en pocas palabras una crónica de un cansancio anunciado.
Jueves 10 de noviembre de 2022
Tallin, Estonia
Recuerdo #454
