Carlos Pinedo Texidor
453 - Eso que usted llama estrés.
Releyendo el recuerdo de ayer parece que no he sido capaz de transmitir una de las sensaciones que me acompañan en esta vuelta de vacaciones. Siendo sinceros mentiría si dijese que la vuelta no ha traído consigo ciertas mariposas y agobios varios. Una gran parte de mí quería volver al trabajo cuanto antes, y hasta echaba de menos el frío de mi casa de Tallin. Pero aunque mi cabeza tuviera razones para aterrizar sin problemas, eso que el común de los mortales llame estrés ha terminado por aparecer.
En esta vuelta he aprendido que nada espera, que todo lo que uno deja pendiente puede avanzar o puede acabar bloqueando proyectos de otros. Que aunque uno sea prescindible, eso no quiere decir que no sea importante, y que hay veces, en las que que el estrés es contagioso. Sin entrar en gran detalle, he aprendido recientemente, que al igual que los sinvergüenzas del Atleti que han jugado en Mallorca hoy, hay veces en las que una mala propuesta puede derivar en meses de trabajo absurdo. Pero que también, ese estrés colectivo puede derivar en estímulos únicos y beneficiosos.
Con todo lo anterior en mente me gustaría hablar de eso que usted llama estrés, y entonando un tono similar al de Luis Aragonés, tratar con respeto al cuarto árbitro. Y es que no deja de ser curioso la infinidad de similitudes entre el fútbol y la vida, y eso que se llama estrés se materializa como un equipo con no acierta en portería. Porque al final del día, y aquí hablo como futbolista y empleado, el estrés nubla la vista y por muy beneficioso que sea a corto plazo el estrés colectivo, tarde o temprano los goles dejan de venir.
Ahora tengo por delante unos días muy divertidos, esta semana debería llegármela caja de vinilos y otras pertenencias que me he mandado desde Madrid. También deberían devolverme mi mesa de mezclas reparada, y espero, además de volver a coger el ritmo deportivo y laboral, que esas mariposas estresantes que me acompañan sean transitorias y no un síntoma de no haber descansado lo suficiente.
Miércoles 9 de noviembre de 2022
Tallin, Estonia
Recuerdo #453
