Me voy a permitir el lujo de ser algo melodramático. Creo que después de nueve meses de diario ininterrumpido me he ganado el volver a estas notas (o más bien aplicación) y escribir con cierta melancolía, como si hubiera perdido algo que nunca volverá.
Tal vez mi cambio de ciudad sea temporal, o puede que nunca vuelva a vivir en Madrid. Ambas opciones son igual de probables. Pocas cosas me atan a Madrid, y aún a riesgo de ofender a varios, de Madrid me quedo con mi familia cercana, amigos a contar con una mano y mi querido Atleti.
Estos días he imaginado varios escenarios en mi cabeza. Hipotéticas y multitudinarias cenas de despedida, reuniones secretas con escasos invitados, y la que cada vez cobra más fuerza, cafés individualizados con aquellas personas que de verdad viven en mi día a día.
Este año, y con esto me refiero al único que concibo, el de septiembre a agosto, ha sido mi entrada en el mundo laboral. Y a diferencia de lo que me esperaba, nunca he visto a tantas personas como en esta breve pero intensa etapa. Siempre defenderé que la ausencia de tiempo es más bien cuestión de prioridades. Tal vez por eso este año haya dicho adiós a varias amistades y hayan surgido otras nuevas. La amistad no es eterna, y vivir en la inercia de quien no te prioriza es agotador.
Volviendo a la nostalgia, a la melancolía que quiero que llene estos párrafos, no puedo evitar pensar en que todo acto de despedida no sería más que elevar el ego que ya tengo, ¿Por qué me iba a despedir de quien no me tiene presente en su día a día? Y es cuando respondo a esa pregunta cuando encuentro en los cafés individuales la opción que más ilusión me hace.
Esto lo escribo delante del Palacio de Cristal, esperando a quien me rete al ajedrez. Imagino combinaciones fantásticas de alfil y caballo, y en cierta medida como mi despedida todo se acabará decidiendo en el juego de peones.
Sé que acabaré citando a mis amigos a cenar, puede que me venga bien algo de ego en el Báltico, y al igual que en mi juego de ajedrez, las opciones descartadas son irrelevantes.
Lunes 9 de mayo de 2022
Madrid
Recuerdos con contexto 269
