Sábado de primavera y no he salido de casa. Llevo todo el día ordenando mi música. Borrando y añadiendo canciones a las listas que con tanto esmero he ido cosiendo con los retales que me han ido regalando mis amigos.
Ha sido algo anómalo este día de hoy. Acostumbro a salir y no pasar por casa. No me gusta eso de estar entre paredes en mis días de descanso, pero hay veces en las que uno solo quiere pedir una burguer y poner una peli.
Es difícil la tarea que nos hemos propuesto mi hermano y yo. Encontrar la mejor burguer de envío a casa de Madrid. Es fascinante la tecnología que han ido desarrollando para que las patatas lleguen crujientes, o para que la carne se haga en el camino. En esa tarea tan noble hoy he pedido una de Antoñita Burguers. Y dejadme que os diga, ha entrado en el ranking de mis favoritas.
Llevaré unas treinta hamburguesas distintas desde septiembre, y es divertido ver como muchas de las grandes favoritas del panorama madrileño sucumben a la dificultad del envío a domicilio y acaban entregándote algo poco asemejable a lo que venden.
Hay muchos días en los que aunque haga muy buen tiempo, uno quiere ordenar sus vicios, sucumbir a la carne de vacuno y tumbarse a ver una de esas pelis que parecían mejor de lo que eran.
Sábado 30 abril de 2022
Madrid
Recuerdos con contexto 260
