Carlos Pinedo Texidor
249 - Me gustaría ser argentino.
Me gustaría ser argentino para poder insultar de la forma más elocuente posible. Dedicaría varios minutos a “cagar a trompadas” a mis pelotudos colegas para después terminar con un elegante “espero que no me inflen otra vez las bolas”.
Utilizaría mi verborrea y don del insulto para acordarme de cada uno de sus familiares. Les mandaría “a la B” de vez en cuando, y puede que hasta les dijera “ustedes son mas feos que mandar a la abuela a por droga”. Y siendo sinceros, sino deseará a mis amigos que se “andarán a la verga”, no serían realmente mis amigos.
Mis amigos, como todos (supongo) son increíblemente cansinos. Me sacan de quicio con inquinas preguntas y dubitativos insultos. Son unos “boludos” a los que deseo tanta bien como mal. Son unos “pelotudos”, pero los quiero igual.
Todo lo digo desde el cariño, y puede que hasta desde el amor fruto de estos años. Porque la realidad es que nos hemos juntado cinco un martes laborable, y entre mucho ruido y pocas nueces nos dieron las doce.
Hemos acabado cenando una hamburguesa de las de toda la vida. Rasita y al pie como diría Was, y por mucho que no hubiera menú para celiacos, hemos dejado sentarse a Galvas. El resto teníamos la cabeza en otro lado, Gio en su vuelta a París, Boli en esas niñas que tanto caso le hacen, y el “cementerio de canelones” que escribe esto en su posible exilio.
Martes 19 de abril de 2022
Madrid
Recuerdos con contexto 249
