La hora de la comida es perfecta para tomar café con amigos y romances. Por suerte o por desgracia de lo segundo me estoy librando (de momento), y de lo primero me considero afortunado.
Juan estudió conmigo un doble máster del que salimos vivos sin saber muy bien cómo. Cuesta creer que le conozca desde hace solo año y medio, y sin embargo ha estado presente mucho más que algunas amistades de hace años.
En nuestro amor por el café surgen todo tipo de conversaciones, desde aquellos recuerdos de frías mañanas en Religion Coffee hasta lo bien que suena el riff de The Smiths o incluso discutimos del porqué España fracasó en la industrialización.
Mi día de trabajo no era especialmente ajetreado, tal vez podría haber arañado varios minutos más de café y conversación con Juan, pero por mucho que disfrute de East Crema, hay algo que disfruto más y es el ir en moto por Madrid.
Saludo de despedida habitual y a los pocos minutos ya estaba subiendo Príncipe de Vergara con un AirPod escondido en el casco, el regusto de uno de los mejores cafés de Madrid y la imagen de un tranquilo Juan en el retrovisor.
Lunes 28 de febrero de 2022
Madrid
Recuerdos con contexto 199
