La bahía de Palma tiene dos extremos,
mi favorito es el de Cabo Blanco,
con un faro majestuoso en el acantilado,
voy muy a menudo con mis sobrinos de la mano.
Hay una zona vallada con unas ruinas,
si saltas el recinto llegas a la cima
de un torreón de apariencia pirata
y si tienes suerte nadie te delata.
Acostumbro a escaparme mucho,
exploro el acantilado, con cuidado
me subo a la torre y me quedo agachado,
me pongo tres canciones, me relajo.
El faro desde donde se ilumina todo
tiene una ventaja además de la belleza
si es un día soleado ves Cabrera,
isla poco conocida de historias ciertas.
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