Carlos Pinedo Texidor
163 - Veintitrés veces trece
De pequeño fui el numero nueve,
corría con el impar a todo lados
desde los campos de fútbol
hasta las playas de los lagos.
Jugaba soñando ser eterno
un jugador de esos nada nuevos
que persiguen al balón
incluso estando muerto.
A medida que crecí
cambie de posiciones
incluso acabé peleándome
entre las redes y bidones.
Por aquel entonces, rescaté el trece
número de imprevistos y precauciones
huí de la fortuna y las supersticiones
me cargué la suerte de mis galones.
Años más tarde soñé ser recambio
decidí entonces volver a ser del nueve
le di varias vueltas, incluso a mi arraigo
renegué de aquel número y de su halago.
Cumplí veintitrés hace no mucho,
acepté el trece y sus múltiplos,
bendito número tres y sus suburbios
un dorsal de suerte negra muy astuto.