Me gusta mi rutina, me considero bastante afortunado. Creo que es uno de esos grandes placeres de la vida que pasan desapercibidos. Porque aunque no lo parezca hay una gran diferencia entre que te guste lo que haces, y disfrutar de la repetición de un estilo de vida ordenado.
En mi caso disfruto con lo segundo, creo que hay algo en la repetición que hace todo especialmente agradable y satisfactorio. Dormir, deporte, trabajo, comer, trabajo, deporte y dormir. Todo ello amenizado por música y acompañado por ratos de lectura y escritura fugaz.
Ahora que lo pienso, tal vez mis ayunos me hayan permitido encajar todo tan bien, hago una única comida al día desde hace tres años, y no se si será correlación o causalidad, pero jamas había estado mejor en lo físico y en lo mental.
Volviendo a la rutina, que es lo central de este recuerdo maravilloso, he de decir que nunca ha sido así, y que por supuesto no siempre es así. Pero ahí está la magia de todo, mantener la rutina aún saliendo de ella de vez en cuando.
Hoy me han hecho pensar mucho, me he visto obligado a recordar mis años pasados, todo ello a raíz de conversación con mi amiga Casilda. Dice que pienso mucho, que tal vez debería fluir más, y ahora en frío, no me queda más que darle la razón.
Miércoles 12 de enero de 2022
Madrid
Recuerdos con contexto 152
