A lo largo del día de hoy me ha asolado el mismo pensamiento, como una premonición del partido del Atleti y la película de Sorrentino.
Nadie de mi entorno ha querido moverse en un sábado con aires de invierno, ni si quiera Joao ha querido defender el segundo gol del Sevilla y todo ello con el runrún de las mismas palabras que corren por mi cabeza.
Hay una gran diferencia entre el no querer hacer cosas y el querer descansar, la primera decisión es negativa, parte de un cierto egoísmo por la vida y desgana con las múltiples posibilidades del día a día. La segunda de las decisiones, tiene un cierto aire romántico, se escoge perder una opción, pero para ello hay que tenerlas. No se puede renunciar a lo que no se tiene.
Sorrentino, dice que su última película es prácticamente autobiográfica, por eso no puedo evitar pensar en la conversación con Capuano, en la que el director le cuenta al joven Fabio que cómo podia plantearse huir de una ciudad que tiene tanto que contar. Madrid no es Nápoles, pero se puede aplicar la misma idea. ¿Cómo puedes renunciar a las conversaciones de juventud con una ciudad que tiene tanto que contar?
Últimamente nadie se mueve, mucha de la felicidad que veía en estos felices años veinte va dejando paso al pasotismo que había antes. Resacas que duran semanas y miedo a salir de lo habitual.
Sábado 18 diciembre de 2021
Madrid
Recuerdos sin contexto 127
