Carlos Pinedo Texidor
082 - Mírala cara a cara
Me senté una tarde de junio,
a tu lado,
me perdí en tu refugio,
ensimismado,
con tus ojos de bondad,
que no han pecado,
recurría a tu sonrisa,
improvisada,
para poder huir de todo,
de las verdades,
y te miraba.
Cara a cara, estabas,
ahí sentada, con tus peligros,
tus razones aireadas,
me tenías delante,
perdido una vez más,
en tus historias interminables,
a las que les falta papel,
ay las tardes cara a cara,
y tus ojos de corcel,
con el que tejes las mantas,
que arropan mi querer.