Es cierto que las semanas son más tranquilas cuando no se trabaja, pero es aún más cierto que levantándose uno a las nueve de la mañana por voluntad uno puede quejarse de la lentitud de los días.
Aún es martes, y hoy podría acabarse la semana, he batido un par de marcas personales en peso muerto y remo, he jugado al fútbol como hacía tiempo que no jugaba, el Barsa ha perdido y encima mañana juega el Atleti.
Ha diluviado mientras corría por el campo de césped artificial, de esa lluvia densa de otoño que encharca el campo y hace que la bola rápida se convierta en un pesa rusa. Es divertido jugar bajo la lluvia, como si fuese una noche fría en Stoke como diría Andy Gray.
También me ha dado tiempo a ver a Syvy, una de esas amistades que comenzó lanzándonos cosas en la ruta del colegio y que tras un breve paso por Historia del Arte acabó cuajando con unos dibujos de unos esqueletos y unas flores.
Nos hemos visto en Miguel Ángel, un bar que es testigo de grandes recuerdos. Descansos de café y cigarros a orillas del “Americano” en plena época de exámenes. Momentos fruto del no aguantar más los libros y cotilleos de aquella biblioteca.
Hemos hablado, más de mí que de ella, y la verdad es que los cafés y el agua con gas se hacen cortos cuando puedes hablar de tantas cosas.
Martes 14 de septiembre de 2021
Madrid
Recuerdos con contexto 032
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