Las olas del abismo negro
empañan las ventanas del farero
cuidadoso pide al cielo
luces de repuesto
Asustado en su puesto,
teme al viento,
a los nuevos tiempos
y al invernal invierno
Malditos meses de blancos truenos,
iluminan ya mis cielos, los tuyos y del farero,
incesantes tormentas queridas en otros tiempos,
y tan odiadas en este momento.
He dado muchas vueltas a esta última poesía, ya van doscientos poemas y aún no sé de lírica. Me planteo si es lo mío, las rimas sin salida ya van miles de versos y aún no se improvisan. Son historias
Cuando era más joven, por no decir pequeño un músico maño, me enseñó el fuego, me dijo, “oye Lazarillo, tú tan cafetero, prueba esto, dame dos de limón, camarero” Probé aquella pócima, como si fuera v
En el libro anterior, sentía vértigo, me daba pavor llegar al final, no quería poner puntos sin más. Ahora que escribo, con algo más de estilo, que al menos entiendo las rimas que digo, me parece curi
